Meterse en la boca del lobo. Mirar por encima del hombro. Morder el polvo. Mucho ruido y pocas nueces.
Justamente, «hay de todo, como en botica» y se puede encontrar una diversidad muy amplia. Para ser un buen gerente es preciso estudiar, reflexionar, ejercer, evaluar, mejorar, con persistencia. La efecto de «tener la sartén por el mango» y estar «con las botas puestas» hace que a algunos puedan «írsele los humos a la cabeza». Es preferible la sabia humildad de no creerse un dios, pues «cuando Dios dice que sí, no hay santo que se oponga».