Y fue tan cuerpo que fue puro espíritu. De la falta a la culpa, o de cómo disciplinar disidencias La idea de pecado refiere etimológicamente a un tropiezo; a partir de allí, llegó a referir el alejamiento del ser humano y lo divino a través de un yerro, 1 toda vez que su uso político remite a algo que se concibe como peligroso, monstruoso, algo que no encaja en el orden impuesto y, por tanto, debe ser castigado o suprimido. Varía de acuerdo con el punto de vista del observador y en referencia a la evolución del contexto social y cultural. Así, el sexo queda definitivamente identificado con el pecado, como sinónimos; y es preciso mencionar que esta ecuación agustiniana se desprende tanto de su motivación personal por una redención para su propia vida —en la cual hallamos todo tipo de experiencias sensuales e ilícitos, como la relación incestuosa con su madre tras el abandono de su primera amante—, así como de la voluntad de hacer concretas las dimensiones metafóricas del Antiguo Testamento y justificar con argumentos supuestamente históricos la mancha del pecado original que todos portamos y repetimos cada vez que dejamos libre curso a los deseos de la piel. En la medida en que el pecado se ata al cuerpo y sus necesidades, también la penitencia y la redención lo hacen: el catecismo anuda el pecado a la confesión y a la penitencia.
Acaloramiento Protegiendo a nuestros hermanos En aquella crisis de espanto, algo absurdo, inaudito, sucedió en el cerebro de la infeliz señora. Las historias oídas cobraron realidad; los monstruos quiméricos se animaron con calenturienta vida. Y cerrando los ojos rodó por tierra. Justamente, eso fue él, un poseído del belcebú de la lujuria. Tuvo una hora de supremo goce, y luego fue resbalando hasta caer en la asesinato. Por una ofrenda de cualquier abundancia Frontal Noviembre 13, Próximo — Generación de audio — Protegiendo a nuestros hermanos Annamarie Sauter: La próxima tiempo que veas las relaciones ilícitas retratadas como atractivas en los medios de acceso, recuerda esto que dice Nancy DeMoss de Wolgemuth.
Intentaremos dar una respuesta a esta pregunta en este artículo. El alcohol a la luz de las Escrituras Un estudio de la Biblia sobre levante tema arroja 2 ideas fundamentales que debemos tener en cuenta: 1 La Escritura no condena el tomar alpiste con moderación. Pasaremos a citar algunos textos de la Escritura sobre el alcohol: Ya no bebas agua, estrella usa de un poco de alcohol por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades. Nehemias 8,10 Estos versículos nos enseñan que el pueblo de Israel y los apóstoles en las fiestas, bodas y momentos de alegría tomaban alcohol pero con moderación y también que se puede tomar alcohol para ayudar a actuar bien la digestión como aconseja Pablo a Timoteo. Siguiendo la misma aprendizaje de las Escrituras, los santos padres condenaron la borrachera, pero no el tomar licor con moderación, pondremos algunos ejemplos: Clemente de Alejandria en su obra Pedagogo, Libro II cap
Jesucristo habla al corazón del hombre porque es allí donde tiene sus raíces la vida religiosa y moral del hombre. Moisés ve arder el andanada en el corazón de la zarzamora ardiente, o sea el interior, el centro de la zarza Éx 3,2. Jeremías anuncia una nueva alianza escrita en corazones nuevos y sinceros: He aquí que vienen días en que yo pactaré con la casa de Israel una nueva Alianza Allí déficit estar también la pureza de los hijos.