Luis fué el mayor de sus cuatro hermanos y cinco hermanas. No tardó en conocer y apreciar su talento el cardenal Hipólito de Este, hijo de Hércules I, el cual quiso que Ariosto formara parte de su alta servidumbre. Ariosto suponia con fundamento que su poema le haria acreedor del aprecio del Cardenal, y supuso tambien con razon que este aprecio no se entibiaria por alguna cosa de poca importancia; pero cualquiera que fuese el concepto que al principio hubiese formado aquel príncipe de dicha obra, lo cierto es que no habian transcurrido diez y ocho meses cuando el poeta se vió privado del fruto de sus honrosas tareas. El duque Alfonso no escaseó gasto alguno para hacer que se representaran dichas comedias, é hizo que se levantase un teatro en un salon de su palacio segun los planos del mismo poeta, el cual se esmeró tanto en su construccion, que por aquel tiempo no se conoció otro tan bello ni magnífico. Francisco, uno de los hijos del Duque, no se desdeñó de recitar el prólogo de la Lena, la primera vez que esta obra se puso en escena en el año Los principales médicos de Ferrara que le asistieron la juzgaron desde luego incurable. Cuarenta años permanecieron los huesos de Ariosto en tan humilde sepultura, aunque visitados y honrados por muchos poetas, que le dedicaron composiciones latinas é italianas. Amigo de la sobriedad, despreciaba los esquisitos manjares de los banquetes solemnes.
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