En el capítulo 5 de Mateo, Él explicó que la justicia es algo que nace en el corazón y no un acto externo que una persona practica. Dios quería lidiar con la lujuria en el corazón del hombre. La lujuria es lo que conduce a alguien a cometer el adulterio y a romper sus votos matrimoniales. Toma la decisión hoy mismo de permitir que Dios conquiste tu lujuria. Él quiere liberarte de tu lujuria. Considera el decimo mandamiento. Este mandamiento resume la importancia que Dios le imparte a este tema. Dios ya había dado el mandato de no cometer adulterio, lo cual sería el resultado de codiciar la mujer de otro hombre. La codicia es desear las posesiones, la posición o cualquier pertenencia de otra persona.
Hunter El presidente Thomas S. Ciertamente, esperamos mucho unos de otros, y todos podemos mejorar. Enseñanzas de Howard W. Habiendo aprendido estas lecciones, estamos bajo el mandamiento de seguir Su ejemplo; y estos son algunos de los ejemplos que Él nos dio: 1. Cristo fue obediente y valiente en la vida preterrenal, obteniendo así el privilegio de venir a la biografía mortal y recibir un cuerpo de carne y huesos. Fue bautizado para que se abriera la puerta al reino celestial. Recibió el sacerdocio y todas las ordenanzas de salvación y de exaltación del Evangelio. Efectuó ordenanzas tales como la bendición de niños, bautismos, bendición de enfermos y ordenaciones al sacerdocio.
Tengan en cuenta lo siguiente: Meditar y orar. Ya que somos débiles, semejante vez no reconozcamos si estamos lidiando con un pecado que requiere un cambio inmediato y total de intelecto, corazón y conducta , o con una debilidad que requiere un afición humilde y constante, aprendizaje y ascenso. La forma en que consideremos estas cosas puede depender del modo en que se nos crió y de nuestra madurez. Tal vez en un solo comportamiento haya incluso elementos baza de pecado como de debilidad. El afirmar que un pecado es en realidad una debilidad conduce a la justificación en vez de al compunción. El decir que una debilidad es un pecado puede resultar en vergüenza, culpa, desesperanza y en perder la fe en las promesas de Deidad. La meditación y la oración nos ayudan a hacer esas distinciones. Establecer prioridades. A causa de que somos débiles, no podemos realizar todos los cambios necesarios a la vez.